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Anomalías cardíacas congénitas

¿Qué es una anomalía cardíaca?

Una anomalía cardíaca es un problema en la estructura del corazón. Los niños con una anomalía cardíaca nacen con ella. Las anomalías cardíacas se suelen llamar "congénitas", lo que significa que están presentes desde el nacimiento.  Las anomalías cardíacas también se conocen a veces como "malformaciones cardíacas", "defectos cardíacos" o "cardiopatías congénitas". 

Las anomalías cardíacas pueden ir de leves a graves. 

Tipos de anomalías cardíacas

Entre las anomalías cardíacas congénitas, se incluyen las siguientes: 

¿Cómo se tratan las anomalías cardíacas? 

Los niños con anomalías cardíacas menores pueden no requerir tratamiento alguno. Pero algunos bebés presentan síntomas graves que requieren tratamiento con medicamentos o bien tratamiento quirúrgico durante el primer año de vida. Estos niños serán atendidos por uno de los siguientes médicos: 

  • cardiólogos pediátricos: médicos especializados en tratar a niños con problemas cardíacos 
  • cirujanos cardíacos pediátricos: cirujanos especializados en cirugía cardíaca infantil 

Los procedimientos que se hacen mediante cateterismo cardíaco, como la angioplastia con globo o la valvuloplastia, permiten ensanchar vasos sanguíneos o válvulas parcialmente obstruidos. Otro procedimiento, el cierre transcatéter mediante dispositivo, permite cerrar aberturas anormales u orificios que haya dentro del corazón o de los vasos sanguíneos sin necesidad de acudir a la cirugía. 

Algunos problemas, como las comunicaciones interventriculares de tamaño reducido o moderado, se pueden cerrar o reducir de tamaño a medida que el niño va creciendo. Mientras se espera a que se vaya cerrando el agujero, es posible que el niño tenga que tomar medicamentos. 

Las anomalías complejas que se detectan pronto pueden requerir una serie de operaciones que se concluyen cuando el niño tiene unos 3 años de edad. 

¿Qué ocurre después del tratamiento?

Los niños tratados de una anomalía cardíaca (sea quirúrgicamente o con medicamentos) necesitarán visitas regulares con un cardiólogo pediátrico. Al principio, estas visitas podrían ser frecuentes, tal vez cada mes o cada dos meses. Pero, más adelante, es posible que la frecuencia se reduzca, a veces hasta solo una vez al año. 

El cardiólogo puede usar radiografías, electrocardiogramas (ECG), o ecocardiogramas para observar la anomalía y los efectos del tratamiento. 

Es posible que se deban limitar algunas actividades físicas, pero los niños pueden seguir jugando y explorando con sus amigos. Consulte siempre al cardiólogo sobre qué actividades son adecuadas para su hijo y cuáles debería evitar. Por ejemplo, podría tener prohibidos algunos deportes de competición. 

Prevenir las infecciones 

La endocarditis infecciosa (o bacteriana) es una infección del tejido que recubre el corazón y los vasos sanguíneos. Los niños con anomalías cardíacas solían tomar antibióticos antes de someterse a procedimientos que podían permitir que las bacterias entraran en el torrente sanguíneo, como: 

  • los procedimientos dentales 
  • las operaciones en partes del cuerpo donde las bacterias tienden a proliferar, como la boca o el tubo digestivo 

Pero ahora, los antibióticos preventivos solo se dan a algunos niños con anomalías cardíacas congénitas,  como aquellos niños que: 

  • tengan un tipo de cardiopatía congénita que cursa con cianosis (coloración azulada en la piel) 
  • han tenido una endocarditis infecciosa previamente 
  • les han tratado la anomalía congénita con material protésico (como una válvula cardíaca artificial) o un dispositivo 

Los cardiólogos están al día de las últimas recomendaciones en cardiología, y le podrán aconsejar según el diagnóstico que tenga su hijo. 

Los niños con anomalías cardíacas se deben cuidar la dentadura muy bien. Se deben cepillar los dientes y pasarse hilo dental cada día, y visitar al dentista para hacerse limpiezas y revisiones con la frecuencia que recomienden sus dentistas.  

De cara al futuro

La mayoría de las anomalías cardíacas se tratan durante la época de la lactancia.  Por lo tanto, cuando su hijo sea lo bastante mayor como para entenderlo, explíquele lo que le ocurrió cuando era un bebé. Habléle sobre por qué:

  • tiene una herida quirúrgica 
  • necesita medicarse 
  • tiene que visitar al cardiólogo pediátrico 

Describa cómo lo trataron cuando era un bebé de una forma que su hijo pueda entender. 

Puede ser tentador ser demasiado protector con su hijo.  Pero ayúdelo a llevar una vida lo más normal posible. Hable con el cardiólogo de su hijo o con el equipo médico que lo lleva sobre formas seguras de hacerlo. Ellos están ahí para apoyar a su hijo y a toda de su familia. 

Buscar grupos de apoyo en línea o de su localidad le puede ser de gran ayuda. Así se conectará con otras familias que podrán compartir con usted lo que les haya funcionado.  

¿Qué más debería saber?

Cuando los niños se hacen mayores, es importante ayudarlos a aprender a hacerse cargo de sus propios cuidados médicos. Un adolescente se puede comprar un medicamento recetado o concertar una visita médica. Y un adolescente mayor debería entender qué cubre su póliza de seguros y saber cómo acceder a su historia clínica. 

Si su hijo se está acercando a la etapa adulta, ayúdelo a cambiar de un cardiólogo pediátrico a otro que atienda a personas adultas. Su hijo debería adoptar un papel activo en la elección de su nuevo médico. Anime a su hijo a concertar visitas médicas, hacer preguntas y tomar notas, y déjelo hablar a solas con su médico. 

A fin de prepararse para la etapa adulta y organizar sus propios cuidados médicos, los adolescentes deben saber: 

  • las afecciones médicas que tienen
  • cuándo deben recibir cuidados médicos 
  • los nombres de los medicamentos que toman, sus dosis y cuándo los deben tomar, los efectos secundarios más frecuentes y las interacciones con otros medicamentos
  • si tienen alergias a alimentos o a medicamentos
  • las respuestas a la mayoría de las preguntas sobre su salud y su historial médico  
  • cómo hacer lo siguiente:
    • programar una visita
    • pedir una receta para obtener más medicamentos
    • contactar con su equipo médico
    • organizar las tareas relacionadas con su salud cuando estén fuera de su casa
  • qué problemas pueden ocurrir si no siguen su plan de tratamiento  
  • qué cubre su seguro médico 
  • y deben llevar siempre encima información sobre su seguro médico.