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Sangre en la orina (hematuria)

¿Qué es la hematuria?  

La presencia de sangre en la orina (pis) se conoce como hematuria. Es bastante frecuente y no suele ser grave. Hay dos tipos de hematuria:

  • La hematuria microscópica ocurre cuando la sangre en la orina solo se puede detectar con un microscopio. A menudo desaparece por sí sola y sin causar ningún problema. De hecho, las personas que la tienen pueden no saberlo a menos que les hagan un análisis de orina
  • La hematuria macroscópica ocurre cuando se puede detectar sangre en la orina a simple vista, sin necesidad de usar un microscopio. Esto ocurre porque hay suficiente cantidad de sangre en la orina como para que se vuelva roja o del color del té. 

¿Cómo entra la sangre en la orina?

Se producen escapes de sangre hacia las vías urinarias. Esto puede ocurrir en cualquier parte de las vías urinarias, como en: 

  • los riñones, que eliminan los productos de desecho y el agua de la sangre para fabricar pis 
  • los uréteres, que son los tubos que trasportan el pis procedente de los riñones hasta la vejiga urinaria 
  • la vejiga urinaria, que almacena pis 
  • la uretra, por donde el pis sale del cuerpo 

¿Qué causa la hematuria?

Los niños pueden desarrollar hematuria por distintos motivos.  Las causas más frecuentes son las siguientes: 

  • infecciones de la vejiga urinaria o del riñón
  • piedras en los riñones o cálculos renales 
  • concentración elevada de calcio y de otros minerales en la orina 
  • un problema en las vías urinarias 
  • lesiones en los riñones o en las vías urinarias
  • tomar ciertos medicamentos, como algunos medicamentos para el dolor de venta sin receta médica 
  • ejercicio físico agotador (muchos atletas, sobre todo los corredores de fondo, tienen hematurias de vez en cuando) 

Con muy poca frecuencia, la hematuria puede ser un signo de cáncer de riñón o de vejiga, una enfermedad de la sangre o un coágulo sanguíneo. En estos casos, la hematuria suele ser uno de los muchos síntomas que aparecen conjuntamente. 

 

A veces, lo que parece ser una hematuria puede ser otra cosa. Cosas como los colorantes alimentarios, algunos alimentos (como la remolacha o las moras), la menstruación y algunos medicamentos pueden teñir de rojo la orina. 

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la hematuria?  

La hematuria microscópica no se asocia a signos visibles. La única manera que tienen los médicos de saber si alguien padece una hematuria microscópica es haciéndole un análisis de orina. 

La hematuria macroscópica se puede ver a simple vista porque cambia el color de la orina, lo que puede ocurrir solo con un poco de sangre en la orina. A menudo, su único síntoma es el color rojizo o similar al del té de la orina. 

En algunos casos, la hematuria puede ser uno de los muchos síntomas de otra afección. Por ejemplo, si la hematuria está provocada por una infección en la vejiga, otros de sus síntomas pueden ser la fiebre, el dolor al orinar y el dolor en la parte baja del abdomen. 

¿Cómo se diagnostica la hematuria? 

El médico explorará a su hijo y preguntará por sus síntomas, sus actividades recientes y sus antecedentes médicos familiares. Le pedirá una muestra de orina (pis en un frasco) para analizarla. 

A veces, se hacen más pruebas, como las siguientes: 

  • un análisis de sangre
  • un cultivo de orina 
  • una ecografía renal 
  • una resonancia magnética (RM)
  • una tomografía computada (TC) 

Los niños con una hematuria que no desaparece, que tengan proteína en la orina y/o hipertensión arterial (tensión arterial alta) deben visitar a un nefrólogo (un médico especializado en las afecciones renales). 

¿Cómo se trata la hematuria? 

La mayoría de las veces, la hematuria no requiere tratamiento. Si ocurre solo una vez, no hay motivo para preocuparse. 

Si la hematuria se debe a otra afección, los médicos tratarán esa afección. Por ejemplo, la hematuria causada por una infección de las vías urinarias se trata con antibióticos. 

Si a su hijo le han tratado una hematuria, lo más probable es que su médico le haga pruebas de seguimiento para asegurarse de que no vuelve a tener sangre en la orina.