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Miocarditis

¿Qué es la miocarditis?

El músculo del corazón se llama "miocardio". La miocarditis ocurre cuando este musculo se inflama

La mayoría de los niños se recuperan completamente de las miocarditis, pero esta afección puede ser grave. 

¿Qué ocurre en la miocarditis?

La miocarditis puede dañar el corazón. Esto puede hacer que al corazón le cueste más bombear la sangre y causar latidos cardíacos anormales (arritmias).

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la miocarditis?

Los síntomas de la miocarditis pueden variar. Algunas personas no tienen ningún síntoma. 

Entre los signos de la miocarditis en los niños, se incluyen los siguientes:

  • cansancio
  • respiración rápida o problemas para respirar 
  • dolor de pecho
  • palpitaciones (notar que el corazón aletea o suena fuerte y rápido)
  • sensación de desfallecimiento 
  • desmayo (pérdida de la conciencia)

¿Qué problemas a largo plazo pueden ocurrir como consecuencia de una miocarditis?

La mayoría de los niños se recuperan completamente de las miocarditis al cabo de pocos meses. A veces, el corazón puede tardar unos años en recuperarse por completo. 

Hay algunos niños que presentan lesiones cardíacas duraderas, aunque se trata de algo muy poco frecuente. Si esto ocurre, puede llevar a una acumulación se sangre en el corazón y los pulmones, arritmias o miocardiopatía (un corazón débil y de mayor tamaño de lo normal). Si los daños son importantes, el niño pude tener que someterse a un trasplante de corazón.

¿Cuáles son las causas de la miocarditis?

La mayoría de los casos de miocarditis en niños se deben a infecciones de origen viral. También pueden ocurrir debido a:

  • una infección bacteriana
  • una reacción inusual a un medicamento o a una vacuna 
  • comer o beber una sustancia química tóxica 
  • un trastorno auto-inmunitario (una enfermedad donde el cuerpo ataca a sus propias células)
  • medicamentos que se usan para tratar el cáncer

¿Cómo se diagnostica la miocarditis?

Los médicos pueden hacer algunas de las siguientes pruebas para diagnosticar la miocarditis:

  • un electrocardiograma (ECG o EKG) para medir la actividad eléctrica del corazón
  • análisis de sangre
  • un ecocardiograma para ver el corazón y sus movimientos 
  • pruebas de diagnóstico por la imagen, como una resonancia magnética (RM) o una tomografía computada (TC)

A veces, los médicos extraen una pequeña muestra del músculo del corazón (miocardio) para hacer una biopsia a fin de diagnosticar la miocarditis. Lo hacen a través de un procedimiento mínimamente agresivo llamado cateterismo cardíaco.

¿Cómo se trata la miocarditis?

Los cirujanos pediátricos (unos médicos que tratan los problemas cardíacos en los niños) son los que cuidan de los niños con miocarditis. El tratamiento dependerá de cuál sea la causa de la miocarditis y de lo enfermo que esté el niño. Puede incluir medicamentos y tratamientos para:

  • tratar la infección o la afección auto-inmunitaria 
  • ayudar al corazón a bombear más sangre 
  • prevenir las arritmias
  • hacer soporte respiratorio 

Algunos niños necesitarán tratarse en una unidad de cuidados intensivos cardíacos especializada en pediatría.

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Con el paso del tiempo, la mayoría de los niños con miocarditis se recuperan por completo. Los niños con problemas cardíacos duraderos pueden tener que tomar medicamentos y/o evitar algunas actividades físicas. Bajo los cuidados de un cardiólogo, podrán encontrar actividades físicas que les vayan bien y que les permita llevar vidas activas y plenas. 

Para ayudar a su hijo a recibir los mejores cuidados:

  • Dele los medicamentos que le indique su médico. 
  • Vaya con él a todas las visitas de seguimiento que tenga programadas. 
  • Ayude a su hijo a hacer las actividades que su equipo médico le diga que es seguro que practique y a evitar aquellas que supongan asumir riegos. 

Si su hijo tiene una afección cardíaca duradera, usted se puede sentir superado por la situación. Pero usted no está solo. Para encontrar apoyo, hable con todos los miembros del equipo médico que atienden a su hijo. Hay muchos recursos disponibles para ayudarlos, tanto a usted como a su hijo.