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Acerca del suicido en los adolescentes

El suicidio es acabar con la propia vida. Con frecuencia, el suicidio se ve como una manera de dar fin a la desesperanza o frustración abrumadora, o de resolver un problema para el que no se encuentra una solución. El suicidio de una persona joven es devastador para la familia, los amigos y la comunidad. Los padres, los hermanos, los compañeros de clase, los entrenadores y los vecinos tal vez se sientan enojados o culpables, o se pregunten si podrían haber hecho algo para impedir que esa persona joven se suicidara.

Si está preocupado por su hijo adolescente o por otro niño, tome el asunto en serio y hable con ellos inmediatamente. También puede aprovechar los siguientes recursos las 24 horas del día, los 7 días a la semana:

  • Línea de prevención del suicidio y crisis 988: Puede llamar al 1-888-628-9454 o puede enviar un mensaje de texto o llamar al 988. También es posible contactar con ellos a través de su página web
  • Línea de la Esperanza Trevor para la comunidad LGBTQ: 1-866-488-7386 o puede enviar el mensaje de texto "START" al 678678. También puede comunicarse con ellos a través de su página web.

Estas líneas gratuitas cuentan con personal entrenado para ayudar. Las llamadas son absolutamente confidenciales. Si es necesario, llame al 911 para recibir ayuda inmediata.

¿Por qué los adolescentes piensan suicidarse?

Saber más acerca de lo que puede llevar a un adolescente a suicidarse tal vez ayude a prevenir futuras tragedias.

Los motivos detrás del suicidio o de un intento de suicidio de un adolescente pueden ser complejos. La tasa de suicidios y de intentos de suicidio aumenta considerablemente durante la adolescencia.

  • De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el suicidio es la segunda causa de muerte entre los 10 y los 14 años, y la tercera causa de muerte entre los 15 y los 24 años, solo detrás de los accidentes y los homicidios.
  • También se cree que por cada suicidio adolescente hay muchos más intentos de suicidio.
  • El riesgo de suicidio se incrementa enormemente cuando los niños y los adolescentes tienen acceso a armas de fuego en el hogar, y cerca del 60% de todos los suicidios de los Estados Unidos son cometidos con un arma de fuego. Es por eso que, si hay armas de fuego en el hogar, deben estar descargadas, bajo llave y fuera del alcance de los niños y los adolescentes.
  • Las sobredosis con medicamentos de venta libre, con receta y sin receta también son un riesgo muy común para los intentos de suicidio y los suicidios. Es importante controlar atentamente todos los medicamentos que hay en el hogar. Debe saber que los adolescentes intercambian diferentes medicamentos con receta en las escuelas y los llevan (o los almacenan) en sus mochilas o sus casilleros.
  • Las tasas de suicidio son diferentes entre los muchachos y las muchachas. Las muchachas piensan en suicidarse e intentan suicidarse con una frecuencia dos veces mayor a los muchachos y suelen intentar suicidarse con una sobredosis de drogas o cortándose. Sin embargo, la frecuencia de muertes por suicido en los muchachos cuadruplica a la de las niñas. Los expertos creen que esto se debe a que suelen usar métodos más letales.

¿Qué adolescentes están en riesgo de suicidarse?

Es posible que le resulte difícil recordar cómo se sentía ser adolescente, atrapado en esa zona gris entre la niñez y la adultez. Sin lugar a dudas, es un momento de grandes posibilidades, pero también puede ser un período de estrés y preocupaciones. Se siente la presión de encajar socialmente, de tener un buen rendimiento académico y de actuar de forma responsable.

La adolescencia también es un tiempo en el que emergen las relaciones y la identidad sexual y existe una necesidad de independencia que suele entrar en conflicto con las reglas y las expectativas de los demás.

Las personas jóvenes con problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, trastorno bipolar o insomnio, tienen más riesgos de tener pensamientos suicidas. Los adolescentes que atraviesan grandes cambios en sus vidas (el divorcio de sus padres, una mudanza, la partida de uno de los padres debido al servicio militar o la separación de los padres, los cambios económicos) y quienes son víctimas del acoso escolar, el racismo o la estigmatización tienen más riesgos de tener pensamientos suicidas.

Las cosas que pueden incrementar el riesgo de suicidio entre los adolescentes incluyen las siguientes:

  • un trastorno psicológico, en especial la depresión, el trastorno bipolar y el consumo de alcohol y drogas (de hecho, aproximadamente el 95% de las personas que fallecen debido a un suicidio tienen un trastorno psicológico en el momento de su muerte)
  • sentimientos de angustia, irritabilidad o nerviosismo
  • sentimientos de desesperanza e impotencia, que suelen estar acompañados de depresión
  • un intento de suicidio anterior
  • antecedentes de depresión o suicidio en la familia
  • abuso sexual, emocional o físico
  • falta de una red de apoyo, malas relaciones con los padres o sus pares, y sentimiento de aislamiento social
  • problemas con la identidad de género o la sexualidad en una familia o una comunidad que no da apoyo

¿Cuáles son las señales de advertencia detrás de un suicidio?

Los suicidios en los adolescentes suelen ocurrir después de un acontecimiento estresante, como problemas en la escuela, el fin de una relación con un novio o una novia, el fallecimiento de un ser querido, un divorcio o un grave conflicto familiar.

Los adolescentes que están pensando en el suicidio tal vez hagan lo siguiente:

  • hablar sobre el suicidio o la muerte en general
  • dar a entender que tal vez ya no estén aquí mucho tiempo
  • hablar sobre sentimientos de desesperanza o de culpa
  • alejarse de los amigos o la familia
  • escribir canciones, poemas o cartas sobre la muerte, la separación y la pérdida
  • comenzar a regalar posesiones muy queridas a sus hermanos o amigos 
  • perder el deseo de participar en sus actividades favoritas
  • tener dificultad para concentrarse o pensar con claridad
  • sufrir cambios en los hábitos de alimentación y de sueño
  • comenzar a tener comportamientos de riesgo
  • perder el interés en la escuela o los deportes

¿Qué pueden hacer los padres?

Muchos adolescentes que se suicidan o intentan suicidarse advirtieron de alguna manera a sus seres queridos. Por eso, es importante que los padres sepan cuáles son las señales de advertencia para que los adolescentes que quizás tengan pensamientos suicidas puedan recibir la ayuda que necesitan.

Si bien no siempre es posible prevenir un suicidio, siempre es conveniente estar informado y tomar medidas para ayudar a un adolescente atormentado.

Algunos adultos creen que los niños o muchachos que dicen que se van a lastimar o quitar la vida "solo lo hacen para recibir atención". Es importante darse cuenta de que si se ignora a un adolescente que está buscando atención, las probabilidades de que se autolesione son mayores.

En general, los adolescentes no quieren recibir atención bajo la forma de visitas a la sala de emergencias, citas con los médicos y tratamientos en instituciones de salud mental; salvo que estén gravemente deprimidos y pensando en suicidarse o al menos deseando estar muertos. Es importante ver estas señales de advertencia como graves y no como un "pedido de atención" que se puede ignorar.

Observe y escuche

Observe atentamente a un adolescente deprimido y retraído. Comprender la depresión en los adolescentes es muy importante porque puede ser muy diferente de las creencias comunes acerca de la depresión. Por ejemplo, puede darse como problemas con los amigos, las calificaciones, el sueño o como mal humor o irritabilidad en lugar de tristeza crónica o llanto.

Intente mantener abiertos los canales de comunicación y exprese su preocupación, su apoyo y su amor. Si su hijo adolescente le confía sus problemas, demuéstrele que toma en serio sus preocupaciones. Tal vez, una pelea con un amigo a usted no le parezca tan importante, pero para un adolescente puede ser algo tremendo y agotador. No minimice ni ignore lo que le pasa a su hijo adolescente porque esto puede aumentar su sentimiento de desesperanza.

Si su hijo adolescente no se siente cómodo como para hablar con usted, sugiérale una persona más neutral, como otro pariente, un integrante del clero, un entrenador, un consejero escolar o su propio médico.

Haga preguntas

Algunos padres dudan si preguntarles a sus hijos adolescentes si han estado pensando en el suicidio o en autolesionarse. Algunos temen que hacer preguntas haga pensar a su hijo en la idea del suicidio.

Siempre es una buena idea preguntar, aunque pueda ser difícil. A veces, explicar por qué hace esas preguntas puede resultar útil. Por ejemplo, podría decir lo siguiente: "He notado que has estado hablando mucho de tu deseo de estar muerto. ¿Has estado pensando en quitarte la vida?".

¿Cómo podemos obtener ayuda?

Si se entera de que su hijo está pensando en el suicidio, obtenga ayuda inmediatamente. El médico puede derivarlo a un psicólogo o psiquiatra, o el departamento de psiquiatría de su hospital local puede darle una lista de los médicos de su zona. La asociación de salud mental local o la sociedad médica del condado también pueden darle referencias. En caso de emergencia, llame al 1-888-628-9454 (para español) o envíe un mensaje de texto o llame al 988.

Si su hijo adolescente está en una crisis, la sala de emergencias local puede hacer una evaluación psiquiátrica y derivarlo a los recursos adecuados. Si no está seguro de si debe llevar a su hijo a la sala de emergencias, llame al médico.

Si tiene una visita programada con un profesional de la salud, no deje de acudir a ella, aun cuando su hijo adolescente le diga que se está sintiendo mejor o que no va a ir. Es normal que los pensamientos suicidas vayan y vengan. Pero su hijo adolescente necesita ayuda a fin de desarrollar las habilidades necesarias para mantener los pensamientos y las conductas suicidas bajo control durante una crisis.

Si su hijo adolescente se niega a ir a la visita, dígaselo al profesional de la salud mental. Si usted acude a la sesión y trabaja con el médico, continuará teniendo acceso a la ayuda que su hijo necesita. El médico también puede conversar con usted sobre maneras de ayudar a que su hijo adolescente acepte ayuda.

Recuerde que los conflictos entre un padre y un hijo pueden empeorar las cosas para los adolescentes que se sienten aislados, incomprendidos, desvalorizados o con tendencias suicidas. Obtenga ayuda para los problemas familiares y resuélvalos sanamente. Informe al profesional de la salud mental si su familia tiene antecedentes de depresión, abuso de sustancias o violencia doméstica. Hable sobre cualquier otra causa de estrés en el hogar, como un ambiente continuo de criticismo.

Si perdió a un hijo debido a un suicidio

Para los padres, la muerte de un hijo es la pérdida más dolorosa que se pueda imaginar. Para los padres que han perdido a un hijo debido a un suicidio, el dolor y la pérdida pueden ser más intensos. Estos sentimientos tal vez nunca desaparezcan por completo. Pero quienes sobreviven a un suicidio pueden tomar medidas para comenzar el proceso de sanación:

  • Manténgase en contacto con los demás. El suicidio puede dejar aislados a los integrantes de la familia porque, con frecuencia, los amigos no saben qué decir o cómo ayudar. Busque personas que le den su apoyo y con quienes pueda hablar acerca de su hijo y de sus sentimientos. Si quienes lo rodean parecen sentirse incómodos o no saben cómo acercarse a usted, comience usted la conversación y pídales su ayuda. 
  • Recuerde que los demás integrantes de su familia también están atravesando el duelo y que cada uno expresa su dolor a su manera. Sus otros hijos, en especial, pueden intentar enfrentar el dolor solos para no sobrecargarlo. Estén el uno para el otro para compartir las lágrimas, el enojo y los silencios; y si es necesario, obtengan ayuda y apoyo juntos. 
  • Sepa que los aniversarios, los cumpleaños o las fiestas pueden ser momentos muy duros. Las fechas importantes y las fiestas suelen reavivar la sensación de pérdida y ansiedad. En esas fechas, haga lo que sea mejor para sus necesidades emocionales, ya sea rodearse de familiares y amigos, o planear un día sereno de reflexión. 
  • Comprenda que es normal sentirse culpable y preguntarse cómo pudo ocurrir algo así. Pero también es importante que se dé cuenta de que tal vez nunca encuentre las respuestas que busca. La sanación que se da con el tiempo surge de llegar a perdonar a su hijo y de perdonarse a usted mismo. 
  • Los grupos de terapia y apoyo pueden desempeñar un papel importante para ayudarlo a darse cuenta de que no está solo. A veces, los integrantes de la familia que están afligidos se convierten en parte de la red de prevención de suicidios que ayuda a los padres, los adolescentes y las escuelas a intentar prevenir futuras tragedias.

Ayudar a los adolescentes a aceptar una pérdida

¿Qué debe hacer si alguien a quien su hijo adolescente conoce ha intentado suicidarse o se ha suicidado? En primer lugar, reconozca y valide las emociones de su hijo. Algunos adolescentes dicen sentirse culpables, en especial aquellos que sienten que podrían haber interpretado mejor las palabras y los actos de su amigo.

Otros dicen sentirse enojados con la persona que se suicidó o intentó suicidarse por haber hecho algo tan egoísta. Y otros dicen que no sienten ninguna emoción intensa o que no saben cómo expresar lo que sienten. Tranquilice a su hijo explicándole que no hay una manera correcta de sentirse y que está bien que hable del tema cuando se sienta preparado.

Cuando una persona intenta suicidarse y sobrevive, las personas pueden tener miedo o sentirse incómodas como para hablar con ella sobre el tema. Dígale a su hijo que resista este impulso; este es un momento en el que una persona necesita sentirse conectada con los demás.

Muchas escuelas abordan el suicidio de un estudiante llamando a un psicólogo especial para que hable con los estudiantes y los ayude a afrontar la situación. Si su hijo adolescente está enfrentando el suicidio de un amigo o un compañero de clase, anímelo a usar estos recursos o a hablar con usted u otro adulto en quien confíe.