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Hablar con el farmacéutico

Si su hijo está enfermo, lo más probable es que tenga muchas preguntas que hacerle a su médico. Pero, ¿ha hecho una lista de preguntas y preocupaciones a compartir con su farmacéutico?

Su farmacéutico puede ofrecerle información valiosa sobre las recetas y los productos que vende y responder a preguntas que afectan a los pacientes a quienes atiende. Para fomentar las preguntas de sus clientes, muchas farmacias disponen de salas de asesoramiento donde los farmacéuticos pueden hablar con sus pacientes y sus familias en privado.

¿Qué hacen los farmacéuticos?

Los farmacéuticos pueden responder a muchas preguntas sobre los medicamentos, recomendar fármacos de venta sin receta médica y comentar los efectos secundarios de algunos medicamentos. Y algunos de ellos también pueden llevar a cabo pruebas de control de la glucemia, tomar la tensión arterial y ofrecer asesoramiento sobre pruebas de control a domicilio. 

Los farmacéuticos también pueden administrar algunas vacunas, aconsejarle si tiene problemas para pagar o para tomar algún medicamento y ofrecerle formación sobre el uso de algunos dispositivos médicos (como los espaciadores, los nebulizadores, los manguitos de tensión arterial y los monitores de glucosa en sangre). 

La mayoría de los farmacéuticos que se licenciaron en la década de 1980 obtuvieron títulos de una licenciatura de 5 años de duración. Ahora, la mayoría de los farmacéuticos obtienen el título de doctor en farmacia. Este programa, de 6 a 8 años de duración, exige que los farmacéuticos en formación hagan rondas hospitalarias junto a médicos y estén presentes cuando se tomen decisiones sobre el inicio de la medicación.  Tras obtener sus títulos, muchos farmacéuticos hacen una residencia adicional para poder trabajar en el marco hospitalario. 

Los farmacéuticos están obligados a mantenerse al día en el cambiante mundo de la medicina y a seguir cursos de formación continuada sobre farmacoterapia. 

Cómo iniciar la conversación

Muchas farmacias disponen de zonas privadas de asesoramiento donde se puede hablar sin interrupciones. Algunos farmacéuticos también aceptan que les hagan preguntas por teléfono. Y si usted se la pide, casi todas las farmacias le darán información detallada sobre medicamentos en concreto.

Nunca es tarde para hacer preguntas a su farmacéutico. Aunque no se le ocurra ninguna hasta llegar a casa, puede llamar a su farmacéutico para que le aconseje. Eso forma parte de su trabajo.

¿Qué preguntas le debo plantear al farmacéutico?

Muchos padres preguntan por las posibles reacciones alérgicas a los medicamentos. Informe a su farmacéutico sobre cualquier alergia que padezca su hijo y sobre los medicamentos que esté tomando. Esto ayudará al farmacéutico a prevenir posible reacciones nocivas a los medicamentos.

Cuando adquiera un medicamento, mírelo siempre detenidamente antes de salir de la farmacia. Lea bien las instrucciones del prospecto para asegurarse de que entiende cómo dárselo a su hijo. Aunque se trate de un medicamento que usted compra repetidamente, compruebe que es del mismo tamaño, color y forma que el que está acostumbrado a comprar. Si detecta algo diferente, pregunte. 

Considere estas otras preguntas para su farmacéutico: 

  • ¿Necesita este medicamento una conservación especial (por ejemplo, a temperatura ambiente o en frigorífico)?
  • ¿Cuántas veces al día se debe administrar? ¿Se debe dar con alimentos? ¿Sin alimentos?
  • ¿Deberá evitar mi hijo algunos alimentos (como los productos lácteos) cuando tome este medicamento?
  • ¿Hay algún efecto secundario del que deba estar pendiente?  ¿Qué debería hacer si detecto alguno?
  • ¿Debe mi hijo tomar alguna precaución especial, como evitar exponerse al sol, cuando se medique?
  • ¿Qué debería hacer si mi hijo se saltara una dosis?
  • ¿Se pueden cortar las pastillas por la mitad o triturarlas y mezclarlas con alimentos?
  • ¿Interactuará este medicamento con los demás medicamentos que toma mi hijo, incluyendo los de venta sin receta médica y los tratamientos alternativos, como los remedios a base de plantas medicinales? 

Problemas frecuentes relacionados con los medicamentos infantiles

Algunos padres se pueden olvidar de que sus hijos completen la toma de sus medicamentos. Si el medicamento (por ejemplo, un analgésico) debe tomarse «según sea necesario para frenar los síntomas», no es necesario que complete toda la medicación durante un número determinado de días. Pero con las recetas como las de los antibióticos, se debe completar la tanda del medicamento para que sea eficaz.

Deseche los medicamentos antiguos. Si su hijo no se acaba un medicamento, no lo guarde para la misma enfermedad de cara al futuro porque la mayoría de los fármacos pierden su potencia al cabo de un año. No lo use después de su fecha de caducidad

Y no comparta medicamentos entre sus hijos. Los farmacéuticos y los médicos recomiendan que nadie tome un medicamento recetado a otra persona ni ofrezca medicamentos recetados a otras personas, por muy parecidos que sean los síntomas o las quejas.

Consejos del farmacéutico

Los farmacéuticos ofrecen este tipo de consejos: 

  • No guarde los medicamentos dentro de un botiquín o armario que esté en el baño. Los botiquines ubicados en cuartos de baño húmedos y donde haya vapor no son el mejor lugar para guardar ningún medicamento, sea o no de venta con receta médica. La humedad de la habitación puede hacer que los medicamentos sean menos potentes. Lo mejor es guardar los medicamentos en un armario del pasillo o en un estante alto de la cocina.
  • Recuerde mantener los medicamentos de venta con y sin receta médica fuera de la vista y del alcance de los niños.
  • No cambie nunca de envase los medicamentos. Guárdelos en sus envases originales a prueba de niños para tener a mano tanto la fecha de caducidad como las instrucciones.
  • Tire los medicamentos cuando caduquen (normalmente un año en el caso de los comprimidos o antes en los líquidos o jarabes); compruebe la fecha de caducidad en el prospecto o el envase del medicamento, o bien deseche el medicamento cuando el médico le haya indicado que su hijo deba dejar de tomarlo. 
  • Ahora la mayoría de los medicamentos líquidos (en jarabe) tienen sabor, y algunos de ellos le pueden saber mal a un niño pequeño. Consulte a su farmacéutico sobre otras opciones, como añadir saborizantes u otras maneras de enmascarar el sabor.
  • Cuando administre medicamentos líquidos (jarabes), utilice una jeringuilla (no una cuchara doméstica) para asegurarse de que su hijo recibe la cantidad exacta que le hayan recetado. Puede comprar una jeringuilla de uso médico en cualquier farmacia.
  • ¿Y si su hijo se toma una dosis equivocada? Llame de inmediato al farmacéutico o al médico y siga sus instrucciones. Si no puede localizar a ninguno, contacte con el Centro de Control Toxicológico: 1-800-222-1222. Este número gratuito lo pondrá en contacto con el centro toxicológico de su zona.
  • Si un medicamento necesita refrigerarse, guárdelo en frío cuando viaje. Los hielos o los paquetes de congelación dentro una nevera portátil funcionan bien. Si puede, llévese el frasco entero del medicamento. De este modo, no se olvidará de cuál es la dosis recetada y, si algo le ocurriera al medicamento, podría obtener otro de recambio.

Cómo elegir a un farmacéutico

Cuando elija una farmacia, tenga en cuenta su ubicación, las opciones de entrega y las restricciones del seguro que puedan afectar el costo. Acudir a la misma farmacia para todas las recetas de su familia significa que el farmacéutico dispone del historial completo de los medicamentos recetados a los distintos miembros de su familia. 

Si se muda o necesita cambiar de farmacia, pida a su farmacéutico una copia del historial de medicación de los pacientes de su familia para llevársela con usted y compartirla con su nuevo farmacéutico.